
Anoche me sentí vivo. Bajo el agua de la lluvia empapando mi cuerpo, inundando toda mi alma, sonreí.
Y pensé en cuanto tiempo hacía que no empezaba a sonreir, en cuando había sido la última vez que estaba bajo la lluvia y no me quejaba de lo fastidiosa que suele resultar.
Caminé deprisa sintiendo como el agua golpeaba mi cara, mi pelo, mi mirada. Y me sentí libre, dueño de mi diminuta y moméntanea felicidad.
¿Será que todos podemos dibujar parte de nuestra sonrisa? Decidir que cosas dejan ya de improtarnos, de dolernos, o por el contrario, que cosas nos empiezan a llenar, que queremos recoger y guardar.....
Me sentí tan vivo.....
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