miércoles, 13 de mayo de 2009

Sobrevivir



He decidido retomar este diario virtual que tanto tenía abandonado. Dios mío, desde septiembre, desde que empezaba a hacer maleteas y despedirme de mi gente de Pamplona para venirme a los Madriles. Parece ayer y sin embargo ha pasado ya mucho tiempo. Que deprisa.

Atrás quedan los nervios de venirme a la gran urbe, las promesas con la gente que dejas allí, los miedos ante la apertura del curso, las dudas sobre el master y sus compañeros, la prueba de empezar a saber que es eso de convivir e independizarse.

Y las ganas de ciudad, de ver rincones, de conocer gente, de abrirme al mundo, de salir del pueblico. Y entonces llegó. De repente, ahi estaba, y cojí el tren. Con todas las fuerzas con las que sé, co toda mi ilusión, con la palabra alegría y felicidad escrita en mi rostro y en mis noticias. Una nueva sensación para mí, una pizca de realidad, de sueño cumplido. Y me dejé atrapar, sin dudas, sin miedo, totalmente convencido. Puedo decir, que fue feliz, como nunca antes.

Pero lo bueno no suele durar, y aquí estamos, intentando encontrar el camino. Recogiendo ilusiones, descubriendo que es eso de sufrir, impotencia. Y también decepciones, darse cuenta de que el tiempo, la distancia y la gente se separa. Que la gente no está ahi siempre para tí, que muchas veces solo estamos solos, sin nadie alrededor. Y la ilusión un día se vuelve rutina, y enfado, y estafa, y crispación. Y descubres tantas cosas, tantos sentimientos escondidos, tanta verdad llega a tus ojos, que duele ver las cosas tan de frente, sentirlas tan adentro. Descubrir que tu camino no era el que creías, que tal vez no sea tu sitio. Y levantarse, y aprender de la caída. Esforzarse por ver el lado positivo, crecer, madurar. Aferrarse a lo único que es capaz de hacerte sonreír.

¿Que hacer cuando la vida te lleva por delante? ¿ Como recuperar todo lo que se desvanece? ¿ Y si todo se trata de esto, de un simple sobrevivir? Ya no queda tiempo, sólo soy yo corriendo a contracorriente. Esperando que la rueda vuelva a girar a mi lado.

2 comentarios:

eme dijo...

Creo que a todo esto se le llama crecer.



Yo también he vivido lo mismo que tú. Pero cuando las heridas se vuelven cicatrices, te recuerdan todo lo que has pasado y todo lo que has aprendido.

Duendiko dijo...

Exacto, crecer, con todo lo que esa palabra significa. Nunca había pensado de verdad en lo que la palabra crecer implica. Ahora creo empezar a saberlo. Y asusta. Mucho. Asusta crecer. Pero sobre todo asusta pensar que crecer sea a base de golpes y no a base de felicidad. Me gusta aprender, sí, aprender suena mucho mejor que crecer.

Gracias por tu comentario.