sábado, 17 de mayo de 2008

Metro cuadrado 2x01 Conmoción


Estrenamos segunda parte de esta historia: se recuerda que en la anterior entrega nuestros protagonistas se conocían en un viaje en tren que se ve interrumpido por una extraña razón y les obliga a permanecer confinados en el mismo vagón. Se conocen y también descubrimos parte de su personalidad. Inmersos en la extraña situación en la que se encuentran, una mujer aparece trayendo desconcierto. ¿Qué está pasando en realidad? ¿Por qué está en estado de shock? Deciden salir de dudas pero entonces un resplandor blanco los atrapa a todos.


Un ojo que se abre.
Iris, despierta en una cama de hospital en la que suenan muchos aparatos. Se asusta, no sabe qué hace allí. Un chico joven se alegra al verla abrir los ojos. -Hola, ¿que tal estas? Menudo susto nos has dado.
Iris sigue confundida. No sabe quién es ese chico. ¿Por qué le dice esas cosas? Un médico entra en la sala y la sonríe. Iris deja escapar un..¿qué ha pasado? El médico le mira con tranquilidad y serenidad. -Tranquila Iris, estás bien, sólo has sufrid un pequeño accidente. -¿Un accidente? -Sí, te desmayaste en casa, Jonathan te trajo enseguida y hemos podido observarte. El chico le mira y asiente. -Te caíste en casa, cuando llegué, estabas en el suelo incosciente. Pero bueno eso ahora no importa, lo que importa es que estás bien.
Iris seguía confundida. No recordaba de nada a ese chico que la miraba, ese tal Jonathan. El médico pareció leerle la mente. -Seguramente no recuerdes nada Iris, ni del accidente, ni nada. Has sufrido un fuerte traumatismo craneoncefálico, lo que llamamos una conmoción. Probablemente no tengas memoria en los próximos días.
Iris la miró preocupada. -Así es, no sé que hago aquí, no sé quién es este chico, no recuerdo nada de mi casa, ni de mí, ni siquiera recuerdo que me llame Iris. Jonathan sonríe a pesar de que está algo asustado de que su novia no recuerde nada. -No te preocupes, en unos días, empezarás a recordarlo todo. Yo soy Jonathan, tu novio, vivimos juntos desde hace unos meses. Iris lo mira con curiosidad, lo examina. - Lo siento, no te recuerdo.
El médico corta la conversación -Bueno, ahora tienes que cuidarte, nada de excesos, nada de sobresaltos. Mucha paz y poco a poco irás recobrando la calma. En unas horas podrás irte a casa y allí descansar. Iris afirma con la cabeza.

Horás después, las puertas del hospital se abren con la pareja abandonando el lugar. Iris mira con asombro la carretera repleta de coches. Jonathan acierta su pregunta. -Estamos en Madrid cariño, y ahora vamos a casa. Iris no podía imaginar su casa así. Un bonito chalé con dos plantas y una decoración muy juvenil. Durante el trayaecto que había separado el hospital al chalé Iris no había formulado pregunta alguna, pero ahora muchas dudas le pasaban por la cabeza. -¿Qué me pasó? - No lo sé, creo que te pudiste desmayar y caerte por las escaleras, por que te encontré aquí. Y señala el final de la escalera. -Hablame de mí y de tí, ¿quién soy?
Jonathan sonrío. -Eres la chica más especial de mi vida, eres divertida, soñadora, y detallista. Eres guionista, y te pasas las horas escribiendo bocetos de guiones, tramas y personajes. A menudo reímos al ver las cosas que se te ocurren. Yo trabajo en una empresa de seguros, desde hace unos años, y nos va todo bien, no sé....-¿Cómo nos conocimos, estamos bien, nos queremos? Jonathan se sienta. -Nos conocimos en una fiesta de la universidad, tú ibas muy guapa con tu vestido rojo y yo iba elegante también. Fue un flechazo la verdad. Y bueno sobre lo que dices, sí, nos va bien, ultimamente estamos algo líados con eso de vivir juntos, díscutimos por cosas, pero bueno, supongo que eso es normal. Y sí, nos queremos, al menos yo te adoro. -Adoro, me gusta esa palabra. Iris se queda pensativa y luego dice: -Me gustaría ver mi habitación si no te importa. -Claro, por supuesto. Jonathan lleva a Iris a su habitación. Una cama de matrimonio los recibe. -Tal vez prefieras ver tu sala de trabajo, donde escribes todas esas historias, es más personal. Iris sonríe y despacio le pide que por favor le llevé allí. Jonathan obedece a su novia y la lleva a la sala. Iris queda perpleja ante la montaña de papeles y escritos que agolpan esa habitación. Jonathan la abraza y después dice: -Será mejor que te deje sola, prederirás estar a tu aire un rato y así puedes curiosear con tranquilidad. Iris le da las gracias y Jonathan sale. Iris se sienta en su escritorio y lee, lee con atención todo lo que ella misma ha escrito.

El sonido del timbre, horas más tarde, impuso a Iris la obligación de bajar de esa habitación. Mientras bajaba las escaleras, oyó la voz de los que intuía que eran sus padres. A cada paso que daba los oía con mayor claridad. Iris pensó en las escaleras, en que ellas habían sido el motivo de su estado actual y se agarró con fuerza a la barandilla. Pudo oír a Jonathan hacer ademán de querer avisarla, a la vez que con mucha suavidad les comunicaba a sus padres que todo estaba saliendo bien, que Iris se encontraba mejor. Iris terminó de bajar las escaleras y una pareja de personas mayores la esperaban con brillo en los ojos. Iris no pudo evitar oler el perfume a vainilla que su madre desprendía cuando ella le abrazó con tesón. Su padre le dedicó una sonrisa conciliadora, y después unos besos y abrazos de protección. Iris se sintió muy bien al recibir semejante muestra de cariño. Minutos después estaban ya todos sentados en el sofá del salón atendiendo a ruegos y preguntas.
-¿Por qué me llamasteis Iris? ¿Cómo se os ocurrió el nombre? Los padres de Iris se echaron a reír y su madre fue la primera en romper el hielo. -Ay hija, es una historia muy larga, jaja, tu padre siempre estaba diciendo que tú eras la niña de sus ojos, que eras el bebé más guapo que había cogido en brazos, su niñita. Nos hizo gracia lo de niña de tus ojos y buscando buscando pensamos en Iris para referirnos precisamente a el iris de los ojos, así siempre serías la niña de sus ojos. El padre la miró y pasó verguenza. Iris disfrutó escuchando la historia de su propio nombre. Cuando pasaron varias horas de conversación, Iris sintió la necesidad de tomar el aire.

A pesar de que Iris no estaba convencida de que le acompañara, Jonathan insistió en no dejarla sola ni un momento, por si acaso. Ambos pasearon por el parque, por las vivas calles de la ciudad, visitando plazas, edificios, paseos y escaparates de museos. A media tarde, Iris pidió una tregua, un café en la terracita. Respiraba un viento fresco esa tarde, y el sol acariciaba a las personas. Jonathan, en un gesto por ser amable, se levantó y entró a pedir refrescos. Iris se quedó sola ahí sentada, observando a la gente. Y por un momento pensó en lo raro que estaba siendo todo, lo raro que es no saber nada, no tener consciencia de la persona que uno es, ni de los sueños que desea, ni del lugar y gente al que se pertenece. Reparó en un par de niños que jugaban con la arena que daba ese parque con terraza. La imagen le vino agradable, simpática. Pero entonces, uno de los niños se le acercó. Y la miró fijamente. Iris tuvo la extraña sensación de que ya había visto antes a ese niño. Andrés la miro con expresión seria y a continuación dijo: Que no se te escape.

Iris reconoció esa voz y tembló al venirle el recuerdo de aquel niño, Andrés, del que sentía que ya se conocían. Varios recuerdos comenzaron a agolpar su mente de improviso en un torbellino de dudas. Iris se levantó pero Andrés corrió hacia la otra dirección. Iris lo siguió con la mirada y en ese momento Jonathan llegó. Al instante, se percató de que Iris estaba intranquila. -¿Que ocurre, estas bien? Iris guardó silencio, miró al parque como queriendo verlo de nuevo y contestó: - Sí, sí, estoy bien, es solo que me ha parecido ver a alguien a quien conocía..... ¿De verdad?, y quien es? Iris miró con nervios en todas direcciones -Andrés, se llamaba Andrés

2 comentarios:

Marta dijo...

DUENDE
Si que te leo, lo que pasa es que en un mes he cambiado dos veces de trabajo....y voy un poco de cu..
Pero que sepas que si que estoy aqui.....lo que pasa es que voy por vuestros espacios de refilon...te prometo que me quedare en cuanto pueda.
Por cierto el capitulo que me dejaste de Lost....pues como que me parecio normalito......puede ser?.

Que tengas un buen dia...salgo pitando.

petonicos, sempre per tu.

Marta dijo...

MI DUENDE
Majo tu cuando te pones a escribir, tela....te sueltas eh!!!!
eAayer ya habia leido la continuacion, pero como hacia dias que habia leido el final de la primera parte, pues hoy me ha tocado releerlo todo, pero yo encantada, esto es mucho mejor que un capitulo de lost, seguro.
De verdad Iris es Iris????, sabes que Jonathan y su vida no le pegan nada....bueno lo de ser guionista si...pero sus padres me parecen postizos, como que no van con ella...bueno ya me contaras...por cierto de je en mi blog un enlace para el tuyo....tendras mas lectores, seguro.....y mas trabajo contestando comentarios....

petonicos, sempre per tu, dolços i tendres.